Crearon un área marina protegida en el Sur y los kelpers se oponen

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La Argentina cuenta con su primera área marina oceánica protegida: ‘Namuncurá – Banco Burwood’, una meseta submarina ubicada entre las Islas Malvinas y la Isla de los Estados, que eleva la protección del mar argentino del 1 al 4,5 por ciento. La norma, votada por unanimidad en las dos Cámaras y promulgada el lunes en el Boletín Oficial, generó el rechazo de los kelpers, quienes sostienen que parte de la zona protegida se ubica en la Zona Económica Exclusiva donde el gobierno británico realiza actividades pesqueras, además de posibles perforaciones petroleras o gasíferas.
 

La conservación de la biodiversidad, la investigación científica y la promoción del manejo sostenible, ambiental y económico de los ecosistemas marinos bentónicos, son los principales ejes expuestos de esta iniciativa. La meseta cuenta con una profundidad que varía entre 50 y 200 metros, donde yacen variadas formas de vida de los frágiles fondos marinos de aguas frías: hidrocorales, esponjas (incluye una carnívora), estrellas de mar, crustáceos, tiburón espinoso, merluzas (de cola, austral y negra), pingüinos de penacho amarillo y de frente dorada, albatros y petreles, delfín austral, elefantes marinos del sur y el lobo marino sudamericano. El área incluye especies endémicas (diez que no existen en ningún otro océano), otras en peligro de extinción y sitios de reproducción de especies,. Quedó dividida en tres zonas: la ‘Núcleo’, donde hay restricción total a cualquier actividad. La de ‘Amortiguación’, donde se pueden desarrollar actividades científicas, ensayos y monitoreo del cambio global. Y en la de ‘Transición’ sí podrán llevarse a cabo actividades productivas y extractivas, contempladas en el Plan de Manejo, que resta conformarse.
 
‘Esta zona tiene una gran importancia ecológica que se debe preservar e investigar. Hasta sirve como área de alimentación para ballenas. Es única en todo el mar argentino’, remarcó a Tiempo Argentino la subsecretaria de Planificación y Política Ambiental de Nación, Silvia Révora. La promulgación dispone también la creación del Consejo de Administración del Área Marina Protegida, que periódicamente deberá presentar informes técnicos, además de seguir las evaluaciones de impacto ambiental de las actividades productivas o extractivas propuestas.
 
Hasta aquí, la Argentina contaba con 48 áreas marino–costeras, que ocupaban un millón de hectáreas, el 1% de la plataforma continental. Ninguna era oceánica. Para el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, el Banco Burdwood ‘es uno de los sitios de máxima importancia para la biodiversidad marina en toda la región’ y lo incluye entre uno de los protagonistas de la iniciativa ‘faros del Foro’, una selección ‘estratégica’ de áreas costero-marinas y oceánicas, ‘cuya conservación es prioritaria para los miembros del Foro’, como es el caso del Frente y Talud del Río de la Plata y el Golfo de Corcovado. 
 
La constitución de la primer Área Protegida Marítima de la Argentina tuvo un rechazo: los kelpers. Según cuestionan, parte del Banco Burdwood abarca la llamada Zona Económica Exclusiva que maneja unilateralmente el gobierno británico de las Islas Malvinas. El senador Daniel Filmus (FPV) afirmó que se trata de un ‘incumplimiento de la Resolución 2065 del Consejo de Descolonización de las Naciones Unidas acerca de la necesidad del diálogo bilateral’. Y definió al área como ‘un lugar estratégico’ para la soberanía argentina. Uno de los principales cruces es que los ingleses desarrollan en la zona una importante actividad pesquera. El legislador isleño Barry Elsby dijo que desean ‘discutir toda acción que pudiera ser razonablemente tomada para apoyar al gobierno de la Argentina en estos esfuerzos’ de proteger su mar, pero agregó que la ‘cooperación para el resguardo de los stocks pesqueros es tanto responsabilidad del gobierno de las Islas Falkland como del argentino’.

Tiempo Argentino

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