Pese a que Manuela Carmena se haya felicitado por el éxito de la medida, lo cierto es que los niveles de dióxido de nitrógeno en Madrid subieron este jueves un 1,8% coincidiendo con la histórica decisión de que los vehículos con matrícula par no pudieran circular dentro de la M-30 y hubo dos fases diferenciadas, porque descendió un 12% hasta las 15.00 horas y aumentó un 17% desde las 16.00 hasta las 21.00 horas.
Así se desprende de un análisis realizado por Servimedia a partir de los datos de la red de 24 estaciones automáticas de medición de la calidad del aire en Madrid, que están repartidas por toda la ciudad y de las que 12 son de fondo urbano, nueve de tráfico y tres suburbanas o situadas en grandes zonas verdes.
Estos datos miden los niveles de contaminación por NO2 y partículas en suspensión, provocados fundamentalmente por los vehículos, y ozono troposférico, que se forma en la atmósfera por reacciones fotoquímicas en las que participan NO2, compuestos orgánicos volátiles y la radiación solar. Todas las estaciones recogen datos de niveles de NO2, 14 registran los de O3 y 12 los de PM10.