El gobierno de Francia volviĆ³ a manifestar su desacuerdo al tratado comercial entre la UniĆ³n Europea (UE) y el Mercosur al considerar que la deforestaciĆ³n en SudamĆ©rica es un problema āmayorā, lo que pone de relieve los nuevos carriles por los cuales transitarĆ” el comercio internacional, donde las clĆ”usulas de respeto a la sustentabilidad de las producciones serĆ” clave.
El punto no parece terminar de entenderse en la agenda de la alta polĆtica argentina: la apuesta sostenida a los combustibles fĆ³siles con millonarios subsidios a esa industria, la intenciĆ³n de avanzar en un acuerdo con China para instalar megafactorĆas de cerdos o el proyecto de secar parte de los Bajos Submeridionales para āvolverlos productivosā son ejemplos del āanalfabetismo y ceguera ambientalā (como dice la pensadora Maristella Svampa) que arrastra gran parte de la elite dirigencial local.
Mientras tanto, la demanda en el mercado internacional de alimentos es clara: habrĆ” cada vez menos interesados en adquirir carne o granos salidos de procesos de deforestaciĆ³n o pĆ©rdida de biodiversidad. AsĆ se lo hacen entender los votantes europeos a sus gobiernos, que por convicciĆ³n o mero pragmatismo lo replican luego. Fue asĆ que tras recibir un informe de un comitĆ© de expertos independientes que alerta de los riesgos medioambientales que supondrĆa la entrada en vigor de este acuerdo, el gobierno francĆ©s presentĆ³ tres āexigenciasā para seguir con las negociaciones, incluido el respeto del Acuerdo de ParĆs contra el cambio climĆ”tico.
Exigencias ambientales
TambiĆ©n reclama que las importaciones al bloque procedentes de los paĆses del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) respeten las normas sanitarias y medioambientales europeas. āEl proyecto de acuerdo no contiene ninguna disposiciĆ³n que permita disciplinar las prĆ”cticas de los paĆses del Mercosur en materia de lucha contra la deforestaciĆ³n. Esto es lo que falta sobre todo a este acuerdo y la razĆ³n principal por la que en el estado actual, las autoridades franceses se oponen al proyectoā, declararon desde Paris.
AdemĆ”s, Francia rechaza āla falta de ambiciĆ³nā en materia de medioambiente. El informe habĆa sido encargado por el gobierno francĆ©s el aƱo pasado para evaluar el impacto de este acuerdo de libre comercio firmado el aƱo pasado despuĆ©s de dos dĆ©cadas de negociaciones. āEl acuerdo representa una oportunidad desperdiciada para la UE de utilizar su poder de negociaciĆ³n para obtener garantĆas sĆ³lidas que respondanā a las expectativas āambientales, sanitarias y sociales de sus conciudadanosā, concluyĆ³ el comitĆ© de expertos.
MĆ”s deforestaciĆ³n, menos biodiversidad
Concretamente, se estima que la deforestaciĆ³n en el Mercosur podrĆa āacelerarse un 5% anualā debido a la superficie adicional de pastoreo que serĆa necesaria para cubrir el aumento de producciĆ³n de carne bovina destinada a la UE (entre 2 y 4%). Se evaluĆ³ ademĆ”s en āentre 4,7 y 6,8 millones de toneladas equivalentes de CO2ā el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero que generarĆa el acuerdo y pone en duda que las āganancias econĆ³micasā compensen ālos costos climĆ”ticosā.
El presidente Emmanuel Macron ya se habĆa pronunciado en contra de ese acuerdo el aƱo pasado, en plena crisis diplomĆ”tica con su par brasileƱo Jair Bolsonaro a raĆz de los incendios en la AmazonĆa. AdemĆ”s de Francia, varios paĆses como Alemania, BĆ©lgica, Irlanda y Austria mostraron recientemente sus reticencias a seguir adelante con el acuerdo, especialmente por la deforestaciĆ³n. Para que entre en vigor, todos los parlamentos nacionales de la UE deben ratificarlo. Algo que hoy parece mĆ”s alejado que nunca.