Un grupo de investigadores logró hacer germinar con éxito frutos de un antiguo árbol a partir de semillas que datan de hace más de 2.000 años, encontradas en sitios arqueológicos en el desierto de Judea, en Israel.
“Los arqueólogos botánicos dijeron: ‘Estás completamente loca. No funcionará'”, declaró este lunes a AFP Sarah Sallon, experta en medicina natural y líder de la investigación.
Ella y su compañera de proyecto, Elaine Solowey, consiguieron cultivar palmeras datileras ‘Phoenix dactylifera’ a partir de semillas que se remontan al Reino de Judá, surgido en el siglo XI a. de C. Este era “célebre por la calidad y cantidad de sus dátiles”, alabados en la época por su “gran tamaño, sabor dulce y propiedades medicinales”, señala el artículo, publicado en la revista Science.
Durante la investigación, los expertos plantaron 32 semillas, recuperadas de varios sitios arqueológicos, como el antiguo palacio construido por el rey Herodes el Grande en el siglo I a. de C. De todas esas semillas, solo seis germinaron con éxito.
A partir de esos rebrotes de palmera datilera, los investigadores han comenzado a descubrir los secretos de prácticas de cultivo altamente sofisticadas.
“Tal vez estas increíbles especies que están por todas partes a nuestro alrededor no desaparezcan”, dijo Sallon, sugiriendo que “la naturaleza esconde trucos bajo la manga”.
Tras demostrar que el cultivo puede funcionar, Sallon fue en busca de más semillas con la esperanza de que brotara una planta femenina. El año pasado una palmera datilera llamada ‘Hannah’ produjo unos 100 dátiles. En agosto, la cosecha fue aún más abundante: 800 dátiles de color marrón claro. El equipo promete que pronto habrá muestras a la venta.
Sallon explicó que mantener una cosecha de dátiles constante requiere un trabajo meticuloso y tratar a las plantas “como a niños”. Es un proceso muy frágil, puesto que cuando todo sale bien se obtienen “estos magníficos dátiles”, pero si hay “una interrupción en esta continuidad todo se viene abajo”.