Los países que más destruyeron bosques tropicales el año pasado fueron Brasil, la República Democrática del Congo – en donde la devastación se mantuvo prácticamente estable en 530.000 hectáreas-, Bolivia, Indonesia, Perú, Laos, Camerún y Madagascar.
No obstante, la deforestación de los bosques tropicales primarios en todo el mundo se redujo un 7,3% el año pasado, desde 4,1 millones de hectáreas en 2022 hasta 3,8 millones de hectáreas en 2023, gracias principalmente a los esfuerzos de Brasil y Colombia, según un estudio divulgado este jueves.
Baja en Brasil y Colombia
Brasil, que se mantiene como el país que más devasta sus bosques tropicales, consiguió reducir el área deforestada en un 36%, desde 1,77 millones de hectáreas en 2022 hasta 1,14 millones en 2023, su nivel más bajo desde 2015, mientras que en Colombia la caída fue de un 49%, desde 130.00 hectáreas hasta 70.000 hectáreas.
Los esfuerzos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió en enero de 2023 con el compromiso de reducir a cero la deforestación de la Amazonía brasileña en 2030, permitieron que la participación de Brasil en la destrucción de los bosques en todo el mundo cayera desde un 43 % en 2022 hasta un 30 % el año pasado.
Por su parte, la política ambiental del presidente Gustavo Petro llevó a Colombia a pasar del sexto al décimo lugar en la lista de los países que más destruyen sus bosques tropicales.
Los datos corresponden al análisis de imágenes satelitales que realiza anualmente la plataforma Global Forest Watch del World Research Institute (WRI) en colaboración con la Universidad de Maryland.
“El importante progreso en Brasil y Colombia destaca la fuerza de la voluntad política por los cambios de Gobierno en ambos países”, informa el WRI en un comunicado.
Pese a la reducción, el nivel de deforestación se mantiene elevado y amenaza el cumplimiento de la meta con la que 145 países se comprometieron en la COP26 de 2021, en Glasgow, de reducir a cero la destrucción de los bosques tropicales en 2030, afirma el WRI.
El aumento en Bolivia, Laos y Nicaragua
Según el estudio, las reducciones de la deforestación en Brasil y Colombia fueron contrarrestadas por los fuertes aumentos de la devastación en países como Bolivia, Laos y Nicaragua.
En Bolivia, el tercer país entre los que más devastan, la destrucción de las selvas tropicales subió un 27%, hasta 490.000 hectáreas en 2023, con lo que alcanzó su mayor nivel por tercer año consecutivo.
El 51% de las pérdidas en Bolivia está vinculado a los incendios forestales, otra de las consecuencias del calentamiento global. Laos y Nicaragua perdieron respectivamente un 1,9% y un 4,2% de sus bosques tropicales en 2023 por la “expansión agrícola“.
“Los datos de 2023 muestran que los países pueden reducir las tasas de deforestación si tienen voluntad política para hacerlo, y esos países que lo consiguieron pueden servir de ejemplo a los otros”, asegura el estudio.
El informe recuerda que, antes de caer en 2023, la destrucción de las selvas tropicales saltó un 14,5% en Brasil en 2022, último año de Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, un defensor de la explotación económica de la Amazonía.
Según WRI, los bosques primarios tropicales húmedos son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta y son especialmente importantes para el equilibrio climático porque almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono.
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