La crecida de las aguas produjo en los últimos días más de 3.000 personas autoevacuadas en diversas localidades ribereñas de la provincia del Chaco.
La mayorías de las familias afectadas viven habitualmente en la costa del riacho Barranqueras, un brazo el río Paraná, en Puerto Vilelas; en un poblado llamado Antequeras y en la isla del mismo nombre; en el barrio San Pedro Pescador -un lugar cercano al puente que une al Chaco con Corrientes-; y en Las Palmas, que por la altura del río Paraguay tiene algunos inundados.
Las autoridades nacionales, provinciales y locales trabajan en conjunto para asistir a la población que se movilizó desde sus lugares habituales de vida en la costa del río, hasta zonas más altas y seguras.
La altura del río empezaría a bajar el martes y demoraría entre 10 y 14 días en llegar a valores normales que permitan el regreso de las familias acostumbradas todos los años a este tipo de traslados.
‘Los intendentes del Chaco empezaron a recibir del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación la ayuda consistente en frazadas, colchones, indumentarias varias, zapatillas, botas y alimentos no perecederos”, según dijo a Télam el intendente de Colonia Benítez, César Falcón.
A su vez con la intervención del subsecretario de Protección Civil, Roberto Acosta, del Ministerio de Seguridad, también se coordina la ayuda con Prefectura y Gendarmería Nacional, y el Ejército, en la asistencia a los inundados y para aportar la logística que demanden las circunstancias.
Ayer el gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff recorrió la zona y evaluó la situación.
En tanto, desde la Administración Provincial del Agua se sostuvo que el sistema de defensas está funcionando con normalidad y soportando la crecida del Paraná.