Según la ONU, la basura electrónica se ha convertido en un gran problema para América Latina

Más leídas

Un gran problema está azotando a la región latinoamericana del que poco se habla y no se está tomando ninguna medida para combatirlo. Se trata de los desechos electrónicos. Este tipo de basura está afectando a nuestro medioambiente y nuestra salud como personas.

La Organización de las Naciones Unidas alertó que América Latina está enfrentando un gran problema de acumulación de basura electrónica. Esto se debe a que la región no tiene programas efectivos de recolección y gestión sostenible de estos desechos.

A través de un reciente informe realizado por el programa Sustainable Cycles (SCYCLE) de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación (UNITAR), se reveló que solo el 3% de esta basura es gestionada en los países de la región.

El documento añade que no hay ninguna constancia sobre el 97% restante de residuos, cuya recuperación podría suponer una gran suma de dinero, unos 1700 millones de dólares anuales.

Para la ONU la gestión de los desechos electrónicos en América Latina y el Caribe está muy lejos de alcanzar los niveles óptimos. “Aunque la generación de desechos electrónicos en 13 países de América Latina y el Caribe aumentó en un 49% durante la última década, a la par con la media mundial, el registro de recolección regional, un 2,7%, palidece frente a la tasa global, que es de un 17,4%. La mayor cantidad de residuos electrónicos generados por habitante se registró en Costa Rica y la menor en Nicaragua”, presentan en el informe.

La basura electrónica constituyen uno de los flujos de residuos físicos de más rápido crecimiento en el entorno mundial actual y son una amenaza para el desarrollo sostenible. Además, entre las sustancias peligrosas presentes en la basura electrónica se hallaron al menos 2200 kilos de mercurio, 600 de cadmio, 4,4 millones de plomo, cuatro millones de retardantes de llama bromados y 5,6 megatoneladas de gases de efecto invernadero pertenecientes a refrigerantes.

El análisis destaca la mala gestión de estas sustancias en la región y añade que la falta de reciclaje genera “diversos riesgos para la estabilidad de un medio ambiente sano”. Según el coautor del estudio, Kees Baldés, este abandono también representa una oportunidad económica desperdiciada.

“Los residuos electrónicos generados a nivel regional en 2019 contenían 7000 kilos de oro, 310 de metales raros, 591 millones de kilos de hierro, 54 millones de cobre y 91millones de aluminio, lo que representa un valor total de aproximadamente 1700 millones de dólares de materias primas secundarias”, describe el informe.

El informe arroja muchos datos. Entre ellos que los residuos electrónicos que en 2019 generaron los 206 millones de ciudadanos de los 13 países ascendieron hasta 1,3 megatoneladas, de las cuales casi el 30% eran de plástico. Se trata de un peso equivalente a una línea de 670 km de camiones de 40 toneladas completamente cargados. En 2010, esa cifra fue de 900.000 toneladas generadas por unos 185 millones de ciudadanos.

Si bien los 13 países analizados en el estudio (Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela) cuentan con algunos marcos legales y reglamentarios para la gestión de residuos, solamente se ha instituido una legislación específica para los desechos electrónicos y los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) en Costa Rica, Ecuador y Perú.

El informe pide a todos los países que introduzcan y apliquen un marco jurídico y político centrado en la gestión ambiental que tenga un enfoque en los desechos electrónicos y los contaminantes orgánicos que contienen. O que se supervisen y refuercen los sistemas existentes para hacerlos más eficientes y eficaces.

Últimas noticias

¿Sabías que el lago Viedma es el más profundo de América?

Investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo revelan que el lago Viedma es el más profundo de América.