Durante 2019 y 2020 se viene trabajando en la reintroducción de la vizcacha en el Parque Nacional.
¿Por qué reintroducir la vizcacha?
Como otros herbívoros, la vizcacha cumple un importante rol ecológico, estructurando la vegetación mediante el consumo de plantas. Al remover biomasa vegetal, la vizcacha es capaz transformar pajonales en céspedes.
Esos céspedes sirven de hábitat para numerosas especies, desde hierbas a ciertas aves y otros vertebrados, que sin los herbívoros no tendrían dónde establecerse ni prosperar. Además, debido a su hábito de cavar extensas galerías de túneles (“vizcacheras”), las vizcachas general refugio para otras especies, que suelen aprovechar esas cuevas. Por ello las llamamos: ingenieras del paisaje, o ingenieras ecosistémicas.
En un estudio de 2005 pudimos determinar que las vizcachas se extinguieron del territorio que hoy conforma el Parque Nacional a mediados del siglo XX, por caza excesiva y campañas de exterminio con veneno.
Su reintroducción es parte de un plan de restauración ecológica del paisaje natural alto-serrano, tendiente a la diversificación de ambientes, para brindar hábitats a la mayor diversidad de especies posibles. Para eso, también reintroducimos o reforzamos poblaciones de otras especies, desde animales como el guanaco (Lama guanicoe) a árboles como el tabaquillo (Polylepis australis).
Las novedades del Proyecto Vizcacha:
Al área protegida se translocaron 22 vizcachas en 2019, distribuidas en dos grupos originales, obtenidas de un campo privado con permisos de la Provincia de Córdoba. Como son animales sociales, y además mantienen fidelidad a su grupo, se las mantuvo unidas según la cueva de procedencia, no mezclándolas entre grupos.
Se prepararon corrales de captura, donde los animales iban ingresando en busca de alimento que les íbamos dejando. Luego eran atrapadas por expertos que garantizaron el mayor bienestar posible.
Se hizo toda clase de estudios veterinario para descartar cualquier patología infectocontagiosa, problemas genéticos o congénitos, u otras patologías que dificultaran su translocación.
Previamente, se había construido unos corrales de adaptación-liberación en el Parque Nacional Quebrada del Condorito, con sistemas de cuevas hechas por nosotros, para que ellas estuvieran en perfectas condiciones al momento de liberarlas. En esas cuevas pusimos pequeños dispositivos de filmación y se instaló un gabinete con monitores para poder ver su actividad subterránea.
El plan fue mantenerlas un tiempo en esos corrales de adaptación y, cuando ya estuvieran adaptadas al lugar, abrir los cercos para dejarlas libres. Dentro de los corrales les fuimos dando forraje suplementario, mezclando con forraje natural. Alrededor de los corrales cortamos el pasto, para dejar una pradera, que es el paisaje que prefieren las vizcachas.
Durante su permanencia en los corrales, tuvieron contacto a través del cerco con toda clase de animales que se acercaron a ver a los nuevos visitantes. Algunos de esos serán sus posibles predadores: el puma (Puma concolor), el zorro colorado de Achala y el jabalí europeo.
Varias semanas después de que se habituaron al nuevo lugar, abrimos los corrales. Quedaron libres. Ellas estaban tan a gusto en el nuevo territorio que optaron por permanecer en el lugar, y siguen allí, explorando los alrededores de su corral.
No se registró ninguna muerte a causa de los procedimientos de captura-revisión-translocación-adaptación-liberación. No hubo fugas post-liberación, luego de dos meses.
En todas estas semanas hemos obtenido toda clase de imágenes de los adultos y sus crías en el PNQC y queríamos compartirlas con todos los seguidores que nos apoyan.
El equipo vizcachero:
Por el PNQC: Jael Dominino, Fernanda Fabbio, Luis Rojas, Cecilia Abril, Damián Candia, Joaquín Padilla, Diego Giménez, Gustavo González, Hugo Merlo, Gabriel Brizuela, Víctor Heredia, Roberto Altamirano, Ezequiel Molina. Brindamos la logística, gestiones, los materiales, las revisiones diarias, tareas de armado de corrales y de mantenimiento del entorno.
Por el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas IIBYT-CONICET– UNC: Diego Guzmán, Cecilia Contarde, Marcos Asís Rodríguez, Antonella de Luca, Gabriel Orso. Realizan el monitoreo poblacional, el seguimiento de la adaptación, tareas de armado de corrales y de mantenimiento del entorno.
Por el zoológico Tatú Carreta: María del Rosario Ahumada, Edgardo Álvarez, Bettolli Fernando. Se ocupan de la sanidad y el seguimiento del bienestar animal.