Idearon un invernadero móvil para impulsar el cultivo hidropónico en los colegios de Coronel Moldes

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Un “invernadero móvil” es el nuevo invento que José Roggero lleva adelante y que persigue por objetivo lograr que en los colegios de su ciudad, Coronel Moldes, se lleven adelante cultivos a través del sistema de hidroponia.

Reconocido por su compromiso social y comunitario, y con la única intención de compartir sus conocimientos y experiencias, José decidió armar una estructura e instalarla en el patio del Centro Educativo “Nicolás Avellaneda” para que allí los más chicos comiencen a trabajar en el cultivo de verduras.

Su anhelo es lograr que en todos los colegios se replique esta experiencia y así también en los hogares, logrando la independencia alimentaria y ayudar a las economías familiares.

José Roggero propone que los chicos del secundario que egresen lleven adelante el método de cultivo por hidroponia y, de la venta de la producción, juntar dinero para su viaje de egreso.

El invernadero móvil se construyó con material aportado por comerciantes de la ciudad. “Algunos nos dieron el nylon, otros los tornillos, los caños, y logramos un muy buen resultado”, aseguró José.

“La idea empezó en casa como un proyecto más de los que uno tiene con su familia”, comienza contando a Puntal. Con caños de y armando estructuras en su casa, logró montar un gran espacio para cultivar distintas verduras por el sistema de hidroponia. Y es justamente esta propuesta la que hoy replica en el jardín y, a futuro, en otras escuelas.

Para armar las estructuras, trasladarlas, cuenta con el apoyo de Rodolfo Casariego, un vecino y amigo que con sus 80 años a cuestas sigue apostando al trabajo. “El apoyo de él fue fundamental. Siempre pensando nuevas ideas, aportando las que tenemos”, destacó Roggero.

“Ahora armamos un invernadero móvil que va ir rotando por todos los colegios de Coronel Moldes haciendo una cosecha a la vez con un sistema funcional el cual demostró sus capacidades en 2019 de producción usando solo el 10% de agua que en un cultivo tradicional. Y en una tercera parte del tiempo y usando técnicas agroecológicas”, detalló Roggero.

Su sueño es que también las familias se interesen y repliquen este método de cultivo. Y resalta del mismo su practicidad y eficacia.

“La particularidad de este sistema es que se puede hacer los 365 días del año con los mismos alumnos y pueden dividirse los diferentes productos cómo aromáticas, rúcula, lechuga crespa, etcétera, logrando así una soberanía alimenticia y beneficiando a los colegios con sus ganancias”.

Roggero asegura que de darle continuidad se puede vender la producción y así las instituciones pueden recabar fondos.

Una propuesta para los egresados

Y más aún en su intención de seguir apostando al trabajo, es que también sugiere que los estudiantes de los últimos años pueden llevar adelante estos cultivos y lograr reunir dinero para sus fiestas de egresos y hasta viajes.

“Los sexto años de los colegios o los primarios que siempre hacen algo, en el caso de los chicos del secundario, para juntar plata ellos, siempre hacen peñas, y venden y consumen mucho alcohol. Ahora, si en cambio cada colegio tiene su equipo hidropónico pueden ser autónomos, producir verduras y venderlas. Beneficiarse de la producción hidropónica del colegio y juntar el dinero suficiente para hacer su viaje o fiesta de manera más sana y productiva”, recalcó Roggero.

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