Corrientes: por las manchas, identificaron al cazador que mató a un yaguareté

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La publicación de una serie de fotografías, en octubre de 2006, que exhibían a jóvenes sonrientes alrededor de un yaguareté colgado, bañado en sangre, en la localidad correntina de Esquina, generó un escándalo que motivó una denuncia penal de la Secretaría de Ambiente.

En siete años no hubo avances, hasta que la Fundación Red Yaguareté consiguió dar con la persona que mantenía el cuerpo embalsamado en su casona, junto a otros animales silvestres, comparando las manchas en la piel del ejemplar con el de la foto.
 

El yaguareté asesinado pesaba 130 kilos (lo común es menos de 100, por lo que presumen que fue sacado de un zoo. La persona lo adquirió para la llamada ‘caza garantizada’: un cazador turista le paga unos 16 mil dólares para que suelte a un yaguareté, tras tenerlo encerrado dándole sólo carne salada. Cuando sale, cerca de un arroyo, va débil hacia el agua, y ahí lo caza el extranjero. En el episodio de 2006, el animal logró escapar, en una isla frente al Paraná, hasta que lo mataron. Y aparecieron las fotos.
 
Al ser monumento natural nacional, su caza, secuestro, exhibición o venta puede ser penada con hasta dos años de prisión. En este caso, ni el juez federal de Corrientes, Soto Dávila, ni el fiscal Flavio Ferrini, ni la fiscalía ambiental mostraron ímpetu en avanzar con la causa, que durante meses tuvo el expediente perdido, hasta que, a través de un contacto en Esquina, la Red Yaguareté logró obtener fotos de la casa del sospechoso, un conocido empresario de la zona que, según la fundación, se llamaría Jacinto Guglielmi Grazioli. ‘En la casa había un yaguareté y un oso embalsamados, la cabeza de un venado de las pampas, ciervos y antílopes, guacamayos y aves nativas que soltaron en ese momento’, reveló Nicolás Lodeiro Ocampo, presidente de la Red.

La sospecha de que era el yaguareté buscado se comprobó cuando compararon las manchas, que eran idénticas a las de la foto de 2006, cuando colgaba muerto en la estancia. ‘Estos felinos tienen manchas que son únicas en cada individuo, como nuestras huellas digitales. El animal taxidermizado fue secuestrado y el resto de los ejemplares, dados en custodia a la misma persona que los tenía. Una vergüenza’, se lamentó Lodeiro. Hay 30 causas abiertas por yaguaretés, y sólo dos obtuvieron una sanción económica, de entre 16 mil y 38 mil pesos.

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