La historia de Jazz, una cría de jirafa que había sido abandonada por su madre y llevada a un orfanato para animales de Sudáfrica, dio la vuelta al mundo al conocerse que en dicho centro había entablado una especial amistad con Hunter, un pastor belga que cuidaba de él.
A pesar de que en las últimas semanas el animal daba signos de mejora, el refugio anunció el pasado viernes una triste noticia: Jazz falleció a consecuencia de una enfermedad llamada hifema y de una hemorragia cerebral.
Tal y como anunció el Rhino Orphanage en un comunicado en Facebook, “los dos días antes de morir, Jazz empezó a manifestar inestabilidad en sus piernas y se le notaba apagado. De repente, se derrumbó y vimos cómo la sangre se le comenzaba a acumular en sus ojos. Su frecuencia cardíaca bajó”, han descrito desde el refugio.
El perro Hunter, por su parte, “sabía que algo malo pasaba, ya que de repente se quedó junto a la jirafa y no volvió a salir”, han indicado.
Jazz falleció junto a Hunter y el resto de sus cuidadores.