Rescatan un lobo marino gravemente herido por una red de pesca en el Partido de la Costa

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A partir del aviso de Defensa Civil del Partido de la Costa, la Fundación Mundo Marino acudió al rescate de un lobo marino que se encontraba varado en una playa ubicada entre las localidades de San Clemente y Las Toninas. El animal presentaba una profunda herida en su cuello producto de un fragmento de una red de pesca.

Un lobo marino macho juvenil de la especie de Dos Pelos Sudamericano (Arctocephalus australis) tuvo una segunda oportunidad de vida, luego de superar un proceso de rehabilitación de poco más de un mes, a raíz de la profunda herida que le ocasionó un fragmento de red de pesca en la zona de su cuello.

Transcurrido satisfactoriamente el proceso de recuperación y luego de recibir el alta médico veterinaria, el lobo marino regresó al mar, en las playas de San Clemente, durante la mañana de este lunes 5 de febrero.

El rescate fue llevado a cabo por la Fundación Mundo Marino el pasado 2 de enero, a partir de una alerta que recibió de Defensa Civil del Partido de la Costa, acerca de la presencia de un lobo marino varado en una playa ubicada entre las localidades de San Clemente y Las Toninas, a la altura del kilómetro 314, de la ruta provincial 11. Un grupo de turistas, que se encontraban en la zona, dio el aviso inicial a Defensa Civil al hallar al animal en esas condiciones.

“Al ingresar al Centro de Rescate observamos un animal de bajo peso, con una profunda y cortante herida en el cuello, pero con buena actitud. En ese sentido, procedimos primero a extraerle el fragmento de red de pesca que le ocasionó la herida y luego comenzamos a aplicar sobre toda el área lesionada una sustancia antiséptica para limpiar y quitar todo el tejido necrosado”, explicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino.

Por otra parte, por protocolo, al animal se le tomaron muestras de sangre y de material fecal. “Los parámetros sanguíneos nos indicaron que atravesaba un cuadro infeccioso. Por eso le suministramos antibióticos a nivel sistémico y a nivel local para revertir ese cuadro.

A medida que transcurrían los días de rehabilitación, el animal mostró buena actitud alimenticia, comiendo con ganas el pescado que le ofrecíamos.

Eso, sumado a una buena actitud comportamental y a la recuperación de su masa corporal, nos mostró que ya estaba apto para volver al mar”, sostuvo Loureiro.

Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, reflexiona sobre las problemáticas ambientales actuales que presentan distintas especies de pinnípedos: ​

“Este caso ​ es un claro ejemplo del impacto negativo de nuestras malas acciones: la contaminación por basura, plástico y restos de redes en el océano.

Con este caso de este lobo constatamos lo que nuestros descuidos provocan en los animales. Pero hoy en plena temporada también tenemos otro impacto negativo importante que es el acoso de las personas ante ejemplares sanos, como los lobos marinos, que salen a descansar, o los elefantes marinos, que salen a mudar su pelaje.

Siempre recomendamos, frente a su hallazgo, ​ mantener una distancia prudencial, no acercarse ni intentar alimentarlos, ya que ellos están cumpliendo un comportamiento fisiológico natural”.

“Recordemos que cuidar estas bellas criaturas es cuidar el ambiente, y a su vez cuidar nuestra salud.

Sabemos que tanto la salud humana, como la ambiental, y la de estos animalitos, están todas vinculadas y que los impactos que hoy en día estamos provocando en el ambiente marino tarde o temprano impactarán en nuestras vidas”, concluye Rodríguez Heredia.

Casos previos

No es la primera vez que aparecen animales afectados por artes de pesca o basura plástica. El año pasado en la localidad de Punta Médanos, la Fundación Mundo Marino rescató un lobo marino de la misma especie herido por ​ un envoltorio plástico en su cuello, mientras que, meses previos, en la localidad de Aguas Verdes, un zuncho plástico comúnmente utilizado para embalajes de tipo industrial, también hirió gravemente a otro lobo de la misma especie. En ambos casos los animales pudieron rehabilitarse satisfactoriamente y regresar al mar.

Acerca del Arctocephalus australis

Como sucede en el caso de otras especies de pinnípedos, esta especie es polígama y paren una cría al año. Pertenece a la familia de los otáridos y se diferencian de los fócidos (focas), por poseer pabellón auricular detrás de sus ojos y por utilizar sus aletas posteriores para la locomoción (las focas, en cambio, reptan con el vientre).

La distribución del Lobo de Dos Pelos es amplia y va desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú.

Existen grandes agrupaciones de esta especie en islas uruguayas como son la Isla de Lobos, Islas de Torres, e Islas de Castillo Grande, en el norte del Estuario del Río de la Plata.

Su nombre se debe a que poseen 2 capas de pelo: una interna, impermeable que mantiene la piel seca, y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal.

Los machos alcanzan una longitud cercana a los 2 metros y un peso de 150 kilogramos, en tanto que las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.

Respecto a la alimentación esta especie se alimenta de langostinos, camarones, calamares y distintos tipos de peces.

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