Un grupo de estudiantes secundarios de la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires, idearon un proyecto para recolectar colillas de cigarrillo y utilizar una técnica de “súper reciclado”, que puede convertirlas en materia prima mediante un proceso químico orgánico que no genera residuos ni contamina.
El proyecto, al que bautizaron ColliSafe, ganó recientemente el primer premio del programa educativo Solve for Tomorrow 2022.
El equipo, conformado por Ander Arguiñena (17), Daniel Góngora Banegas (18) y Luna Morena Ruiz Díaz (17), y guiados por el profesor Agustín Pascua, se inspiró en el mismo lugar donde cursan su último año de secundario: la Escuela Nacional “Adolfo Perez Esquivel”.
Esta institución se ubica en el campus de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen), donde está la sede de la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Ciencias Sociales, dos grandes aliados en su proyecto.
Es allí donde los jóvenes vieron que el espacio verde era un campo minado de colillas de cigarrillos y se propusieron idear una solución para hacer algo con todo ese desecho.
Comenzaron a investigar al respecto y descubrieron datos alarmantes sobre la contaminación: se desechan más de 18 mil millones de colillas diariamente en todo el mundo, lo que representa en peso lo mismo que siete ballenas azules. Este fue el puntapié inicial para dar comienzo al proyecto.
“Desde el momento en que se apaga un cigarrillo, la colilla libera un 14% de nicotina al aire que respiramos. La gran mayoría de este residuo termina en espacios verdes o espejos de agua, donde pueden ser consumidas por animales que terminan con malformaciones o mueren por la ingesta“, explicó a Télam Ander Arguiñena.
Además, las colillas infertilizan la tierra donde se degradan: una sola colilla contamina hasta 50 litros de agua dulce y 13 litros de agua salada, y además tarda hasta 15 años en degradarse.
Las colillas de cigarrillos quedan impregnadas de las sustancias químicas nocivas que contiene el cigarro, entre las cuales se encuentran la nicotina, el alquitrán, y diferentes metales pesados.
Según cifras aportadas por un estudio de National Geographic, al año se compran 6.5 billones de cigarrillos a nivel mundial. Solamente un 30% son descartados a la basura, esto significa que 4.5 billones son tirados en la naturaleza.
La idea del equipo es “recolectar las colillas para someterlas a un proceso de suprarreciclado en el que se descontamina y desintoxica por completo. Eso da como resultado un material llamado acetato de celulosa, que tiene varias aplicaciones en diferentes sectores, pero el más conocido es la fabricación de papel“, describió a Télam Luna Morena Ruiz Díaz.
El suprarreciclaje -o upcycling- es una técnica o metodología que permite transformar los residuos en nuevos objetos, prolongando la vida útil, de manera creativa, de aquellos objetos que aparentemente ya no sirven.
“El desarrollo de la idea en un principio fue a través de un proceso químico, pero notamos que eso generaba más contaminación y a su vez lo volvía un proceso muy costoso. Investigando logramos dar con un proceso químico orgánico mediante el uso de un hongo llamado ‘pleurotus ostreatus’ que degrada y desintoxica la colilla en aproximadamente 25 días”, comentó Ruiz Díaz.
El bioquímico Leopoldo Benítez de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, acompañó a los jóvenes desde el marco teórico con su tesis doctoral. Por su parte, la Facultad de Ingeniería de la ciudad de Olavarría los ayudó desde el lugar de la experiencia con un equipo de profesionales a cargo del Doctor en Química Gastón Barreto.
Los jóvenes expresaron que el objetivo del proyecto es contribuir a reducir la contaminación que genera la problemática, así como generar conciencia sobre los efectos nocivos que producen las colillas de cigarrillos al medio ambiente, comprometiendo a las personas a que sean parte de este cambio.
“Adicionalmente buscamos que, mediante este proceso, se le encuentre una nueva utilidad a este desperdicio evitando seguir dañando la naturaleza. Una tonelada de acetato de celulosa, utilizada para hacer papel, evita la tala de 14 árboles”, precisó a Télam Daniel Góngora Banegas.
En tanto que Arguiñena indicó que “la gente puede colaborar desde su propia casa juntando colillas en botellas de plástico PET. También pueden convertirse en embajadores, que son personas comprometidas con la causa que tienen zonas asignadas para recolectar o reunir botellas llenas de colillas y llevarlas a un centro de procesamiento”.
El joven explicó que estos embajadores “reciben premios en materiales reciclados por realizar esta tarea”. También se puede ayudar con la difusión del proyecto mediante las redes sociales (Instagram: @collisafe).
Collisafe actualmente se encuentra en una etapa operativa, de puesta en acción y perfeccionamiento: “Contamos con un prototipo de recolección de colillas que funciona de manera eficiente. Adicionalmente en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, estamos trabajando para optimizar el proceso de degradación y la obtención del acetato de celulosa“, indicó Ruiz Díaz.
El objetivo del equipo a largo plazo es su propio centro logístico y de procesado en la ciudad de Olavarría, y así poder dar el servicio a la región.
Collisafe resultó ganador en el programa educativo de Samsung “Solve For Tomorrow 2022”, cuya final se desarrolló en noviembre en el Museo Malba. “Haber ganado nos motiva a seguir con el proyecto, que no quede solo en algo desarrollado exclusivamente para el concurso, sino convertirlo en una realidad que construya un mejor futuro para todos”.
El equipo concluyó: “La difusión es clave para esto y es solo el principio. Nuestro objetivo es preservar la naturaleza, la integridad de la biodiversidad, disminuir la contaminación, y asegurar un futuro mejor para todos”.
Por Melisa Avolio
*Esta nota es una producción de Télam-Confiar, www.telam.com.ar/confiar.