La cultura pop está llena de referencias a seres que de alguna forma se vinculan con los murciélagos, desde Drácula hasta Batman, todos comparten una especial predilección por la noche y un aura de misticismo.
Pero la mala fama que acompaña a estos animales, sumada a la desinformación, ha hecho que algunas características se hayan exacerbado y muchos solo vean su potencial peligrosidad ya sea como hematófagos o como vectores de enfermedades.
Sin embargo estos fantásticos mamíferos se merecen una limpieza de imagen, por lo que te contaré algunas curiosidades que espero logren que los mires con otros ojos.
Algunas características sobre ellos
Los murciélagos son uno de los grupos más diversos de mamíferos, alcanzando las 1000 especies y más de 300 están en Sudamérica.
Son los únicos mamíferos capaces de volar activamente. Están en casi todos los continentes y ocupan numerosos nichos ecológicos.
Por otro lado, sus extremidades anteriores modificadas dan lugar a sus características alas membranosas sujetas por largos dedos. Con ellas y, algunos con ayuda de la ecolocalización, buscan y persiguen a sus presas.
Sus pequeños ojos generalmente están poco desarrollados y se compensan con una aguzada audición, la capacidad de sensar campos eléctricos y/o ver en el espectro ultravioleta. La mayoría de las especies son insectívoras, frugívoras o comen pequeños vertebrados y solo tres se alimentan de sangre.
Además son vivíparos, la mayoría tiene solo una cría al año y suelen vivir en grupos familiares o harenes de pocos machos y muchas hembras.
¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES EN LOS ECOSISTEMAS?
Son polinizadores
Cientos de especies de plantas dependen de los murciélagos para dispersar su polen, entre ellas están frutales como el mango o el plátano, pero también tenemos el agave azul con el que se elabora el tequila.
Gracias al alto consumo de néctar que estos mamíferos requieren, pueden llegar a visitar cientos de flores en una noche, lo que beneficia en gran medida a las plantas al aumentar la variabilidad genética de las mismas y con ello su resistencia a plagas y enfermedades.
Así, los animales son atraídos por flores nocturnas grandes de colores claros que normalmente presentan forma de campana.
Dispersan semillas y ayudan al desarrollo de los bosques
Aquellos que tienen una dieta frugívora, tras alimentarse de los frutos, transportan las semillas en su cuerpo mientras los digieren y las excretan en otros lugares contribuyendo a la dispersión de las mismas.
Además su guano sirve como un gran fertilizante que puede mantener la salud de nuestros bosques y regenerar áreas degradadas.
Actúan como controladores de plagas
Los murciélagos insectívoros son voraces cazadores, llegando a alimentarse de toneladas de insectos por año. Con ello disminuyen las poblaciones de mosquitos por ejemplo, que más allá de su daño a los cultivos también son importantes transmisores de enfermedades como la malaria o el dengue. Por lo que son grandes aliados en la lucha contra estas dolencias, permitiendo de esta forma salvar muchas vidas.
Son indicadores de biodiversidad
Debido a su gran importancia en las redes tróficas y su sensibilidad ante cambios en el ambiente, los murciélagos pueden brindarnos información sobre el estado de los distintos hábitats en los que habitan así como de las especies con las que están relacionados.
Por consiguiente, una detección temprana de las amenazas que pueden enfrentar estos animales puede suponer una herramienta clave para la conservación de estos y de la integridad del ecosistema.
HABLEMOS DE SUS AMENAZAS Y SU ESTADO DE CONSERVACIÓN
Las numerosas poblaciones de murciélagos en todo el mundo están descendiendo rápidamente y se encuentran gravemente amenazadas principalmente por la actividad humana que reduce su hábitat y alimento.
También sufren el envenenamiento por plaguicidas o fertilizantes y son cazados por alimentarse de cultivos, por su carne o por miedo al contagio de alguna enfermedad.
Estas son solo algunas de las causas pero es evidente que existe una clara responsabilidad por parte de la sociedad de amigarse con estos seres, respetarlos y reconocer su valor antes de que sea demasiado tarde.
La desaparición de los murciélagos podría desencadenar graves daños a los ecosistemas, a la salud humana y un efecto en cascada de extinciones de aquellas especies que dependen de los mismos para su supervivencia.