La selva amazónica puede albergar más de 10 mil registros de movimientos de tierra precolombinos, construidos antes de la llegada de los europeos.
Un nuevo estudio combina tecnología de teledetección de vanguardia con datos arqueológicos y modelos estadísticos avanzados para estimar cuántos movimientos de tierra aún pueden estar ocultos bajo el dosel de la selva amazónica y en qué lugares es más probable que se encuentren estas estructuras.
El trabajo, publicado en Science, fue realizado por un equipo de 230 investigadores de 156 instituciones ubicadas en 24 países de cuatro continentes, liderado por los investigadores brasileños Vinicius Peripato, estudiante de doctorado en Teledetección del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), y Luiz Aragão.
“Nuestro estudio sugiere que la selva amazónica puede no ser tan prístina como muchos creen, ya que cuando buscamos una mejor comprensión del alcance de la ocupación humana precolombina a lo largo de ella, nos sorprende un número significativo de sitios aún desconocidos para la ciencia”, dice Peripato.
El equipo de científicos realizó este descubrimiento tras identificar desde el aire 24 nuevos sitios arqueológicos mediante tecnología LIDAR. Este sensor permite la reconstrucción de elementos de la superficie en un modelo 3D muy detallado.
“Dada la gran cantidad de información contenida en estos datos, nos embarcamos en una investigación arqueológica. Investigamos un total del 0,08% del Amazonas y encontramos 24 estructuras no catalogadas previamente en los estados brasileños de Mato Grosso, Acre, Amapá, Amazonas y Pará”, explicó Peripato.
Utilizando todos los movimientos de tierra encontrados hasta ahora (961), el equipo cuantificó cuántas estructuras aún no se han desentrañado y demostró que decenas de especies de árboles están relacionadas con estas antiguas ocupaciones que se remontan a hace entre 1.500 y 500 años. Estas estructuras se conocen como “movimientos de tierras” y son anteriores a la llegada de los europeos al continente.
También se asocian típicamente con otro tipo de modificaciones del paisaje, lo que confirma la presencia de ocupaciones indígenas en varias regiones de la Amazonía (como las tierras oscuras amazónicas y la presencia de especies domesticadas, entre otras evidencias).
“Predecimos que el 90% del bosque amazónico tiene muy pocas posibilidades de tener movimientos de tierra, por lo que este tipo de modificación en los bosques amazónicos puede haber ocurrido principalmente en el 10% de su área”, dijo Hans ter Steege, de la Universidad de Utrecht.
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