La UE quiere aumentar la cuota de pesca de atún rojo
Hallan una Súper Tierra que tiene probabilidades de albergar vida
La Huella Ambiental, herramienta de la UE para mejorar el compromiso ambiental de las empresas
Primera imagen de la ballena más rara del mundo
El primer autobús híbrido de gas y electricidad
Convierten el azúcar directamente en diésel y con más potencia que el etanol
Un proceso de fermentación larga abandonado, que se utilizaba anteriormente para convertir el almidón en explosivos, permite producir combustible diésel renovable para sustituir a los combustibles fósiles que ahora se necesitan para el transporte, según han descubierto científicos de la Universidad de California (Estados Unidos).
Departamentos e ingenieros químicos se unieron para producir combustible diésel a partir de los productos de la fermentación bacteriana descubierta hace casi cien años por el primer presidente de Israel, el químico Chaim Weizmann, en 1914. El proceso reestructurado produce una mezcla de productos que contienen más energía por galón que el etanol que se utiliza hoy en combustibles para el transporte y que podría ser comercializado dentro de entre cinco y diez años.
Si bien el costo del combustible es aún mayor que el del diésel o la gasolina producidos a partir de combustibles fósiles, los científicos aseguran que el proceso reduce drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte, uno de los principales contribuyentes al cambio climático global, según el informe de la investigación, que publica mañana ‘Nature’.
El proceso de Weizmann empleaba la bacteria Clostridium acetobutylicum para fermentar los azúcares en acetona, butanol y etanol. Los científicos han desarrollado ahora una manera de extraer la acetona y el butanol a partir de la mezcla de fermentación, dejando la mayor parte del etanol detrás y, mediante un catalizador, convertir esta mezcla de proporciones ideales en una de hidrocarburos de cadena larga que se asemeja a la combinación de hidrocarburos en el combustible diésel.
El proceso es lo suficientemente versátil como para utilizar una amplia gama de materias primas renovables, a partir de azúcar de maíz (glucosa) y caña de azúcar (sacarosa) con el almidón, y trabajar con materias primas no alimentarias, como la hierba, los árboles o los residuos campo en los procesos celulósicos.
‘Se puede ajustar el tamaño de los hidrocarburos sobre la base de las condiciones de reacción para producir los hidrocarburos más ligeros típicos o de cadena más larga o de cadena ramificada en el combustible para aviones’, dijo Dean Toste, de la Universidad de California y uno de los autores.
La investigación, apoyada por el Instituto de Energía Biocientífica, en colaboración con la Universidad de Berkeley, el ‘Lawrence Berkeley National Laboratory’ y la Universidad de Illinois en Urbana Champaign y financiado por BP, ha descubierto que el proceso de fermentación extractiva utiliza menos del 10 por ciento de la energía de una destilación convencional para obtener el butanol y la acetona fuera, es decir, que supone grandes ahorros de energía.
El proceso de fermentación, denominado ABE para las tres sustancias químicas producidas, fue descubierto por Weizmann alrededor del inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914, y permitió a Gran Bretaña producir acetona, que era necesaria para la fabricación de pólvora, que se utiliza en ese momento como un propulsor militar para reemplazar pólvora. La última fábrica de Estados Unidos que usó este proceso para producir acetona y butanol cerró en 1965.
La eólica española rinde en un solo día el equivalente a 200.000 barriles de petróleo
Nueva norma europea para controlar y reducir el consumo energético
BSI ha publicado una nueva norma europea para ayudar a las organizaciones a planificar y llevar a cabo auditorías energéticas eficaces, como primer paso hacia una mejor gestión de la energía: EN 16247-1 –Auditorías Energéticas-.
Tanto empresas como consumidores continúan teniendo que hacer frente a los cada vez más elevados precios de la energía y la auditoría energética se presenta, en este contexto, como una herramienta muy útil para facilitar a las organizaciones la identificación y el control de las ineficiencias de su sistema energético, con el objetivo de reducir el consumo, sus costes y cumplir con las obligaciones medioambientales.
EN 16247-1 – Auditorías Energéticas– es una norma que ha sido desarrollada con la colaboración de importantes expertos del sector en Reino Unido, procedentes de organismos como ESTA, el Energy Institute, el Institute of Chemical Engineers and Energy Services y la Technology Association.
Fue creada en respuesta a la Directiva de 2006 de la Unión Europea sobre la Eficiencia del Uso de la Energía y los Servicios Energéticos, una medida propuesta ya para ser remplazada en 2014 por la Directiva de Eficiencia Energética de la Comisión Europea, que ordena a los países miembros crear auditorías energéticas periódicas en las grandes organizaciones.
EN 16247-1 define los atributos de una auditoría energética de calidad, orientando los objetivos de la organización para asegurar la claridad y la transparencia. La norma es aplicable a organizaciones comerciales, industriales, privadas o públicas, y complementa el reconocimiento internacional de la Norma ISO 50001:2011 de Sistemas de Gestión de la Energía, que identifica la necesidad de auditorías energéticas claras y transparentes.
Además, esta norma es apropiada para todo tipo de organizaciones, independientemente de su sector o tamaño, y puede ser un instrumento clave de gestión para gestores de energía, sostenibilidad y medio ambiente, auditores, consultores y directivos interesados en orientar su negocio hacia la eficiencia energética con dos claros objetivos, tanto el comercial como el ambiental.
‘Una auditoría energética eficaz es el primer paso hacia una mejor gestión de la energía y proporciona potentes medios para hacer frente a las necesidades energéticas dentro de una organización. La clara identificación y posterior selección de las ineficiencias proporciona una hoja de ruta transparente, desde la cual la organización puede abordar y reducir el consumo de la energía y cumplir mejor con sus obligaciones energéticas’, afirma Shirley Bailey Wood, directora de Publicaciones de BSI.
Por su parte, Martin Fry, presidente de ESTA, profesor de la City University de Londres y coordinador del grupo de trabajo europeo que creó la norma EN 16247-1, asegura que ‘comprender cómo se usa la energía y mejorar la eficiencia de dicho uso son la clave del programa de gestión de la energía de una organización. La auditoría energética es el eje del entendimiento y posterior enfoque para las medidas de mejora. Durante muchos años, ha habido una serie de interpretaciones sobre este proceso y, en este sentido, la nueva norma ha sido bien recibida a nivel internacional porque ha sido diseñada para garantizar un enfoque coherente y fiable, de manera que las prácticas que proporciona puedan ser implementadas con total confianza’, afirma el profesor.
Para más información o descargar una copia de la norma EN 16247-1 – Auditorías Energéticas, puede visitar: http://shop.bsigroup.com/bsen16247.
SOBRE BSI GROUP: BSI Group es una organización independiente y global de servicios, especialmente a través de formación, auditoría y certificación, que desarrolla soluciones basadas en estándares para mejorar las prácticas de gestión y promover la innovación. BSI puede ayudar a las empresas, gobiernos y otras organizaciones de todo el mundo para mejorar la calidad y el rendimiento de una manera sostenible y socialmente responsable. Desde sus orígenes como primer organismo nacional de normalización del mundo, el BSI Group se basa en más de 100 años de experiencia trabajando con 70.000 organizaciones en 150 países desde sus 58 oficinas. Para obtener más información, visite www.bsigroup.es.
Explotación de tortugas marinas en Islas Caimán
El archipiélago del Pacífico Tokelau depende íntegramente de la energía solar
El pequeño archipiélago del Pacífico Tokelau (Nueva Zelanda) se ha convertido este martes en el primer territorio del mundo que genera toda su electricidad a partir de paneles solares. Concretamente, los 1.500 habitantes de las islas (tres atolones y más de 120 islotes) utilizan un total de 4.000 paneles solares para abastecerse.
Según han informado el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio, que ha financiado la iniciativa, este proyecto se inició por ‘los temores que este territorio podría sufrir a causa del cambio climático, especialmente, en cuanto a la elevación del nivel del mar’. Según han indicado, muchas de las islas de Tokelau apenas superan los dos metros por encima del nivel del océano.
Así, a pesar de que la generación de gases de efecto invernadero por parte de Tokelau era ‘mínima’, la población ha querido llevar a cabo este proyecto ‘como un mensaje al mundo, mostrando que la transición a las fuentes de energía renovables es posible’.
‘Es bueno que por fin se pueda dejar de utilizar las centrales eléctricas que funcionan a partir de diésel’, ha afirmado el ministro neozelandés de Relaciones Exteriores, Murray McCully, quien ha apuntado que ‘las fugas de combustible crean enormes problemas para el medio ambiente en los atolones’.
Para generar electricidad cada año en las islas se utilizaban más de 2.000 barriles de petróleo con un valor de alrededor de un millón de dólares. La aplicación de las nuevas tecnologías también ayudarán a ahorrar en combustible. ‘De acuerdo con los cálculos, esta innovación se verá recompensada en los próximos cinco años. La instalación de las baterías se convertirá en un ahorro significativo, especialmente antes de la primera reparación deben funcionar sin problemas durante al menos 20 años’, ha subrayado el jefe de la compañía de energía solar PowerSmart, Mike Bassett