Si estás planeando unas vacaciones que combinen turismo, relajación y actividades al aire libre, Hualfín y sus lagunas verde esmeralda, en el oeste de Catamarca, es el lugar ideal.
Ubicado sobre la icónica Ruta Nacional 40, este pequeño pueblo sorprende con su riqueza paisajística y cultural, ofreciendo un entorno perfecto para quienes buscan desconectarse y vivir experiencias auténticas en contacto con la naturaleza.
Situado a 63 km al norte de Belén, este rincón catamarqueño destaca por su tranquilidad y por ser un destino completo para disfrutar en familia o con amigos.
¿Qué hacer en Hualfín, Catamarca?
Hualfín ofrece una variedad de actividades que combinan historia, cultura y naturaleza. Algunos imperdibles son:
- Capilla de Nuestra Señora del Rosario: Construida en 1770, esta emblemática iglesia es Monumento Histórico Nacional y uno de los mayores tesoros arquitectónicos de Argentina.
- Pozo Verde: Un atractivo natural con aguas de intenso color verde esmeralda rodeadas de un paisaje multicolor. Es ideal para un día de camping, con mesas y parrillas disponibles para disfrutar en compañía.
- Aguas termales: Ubicadas en la Quebrada de Hualfín, estas termas alcanzan temperaturas de hasta 32 °C y son famosas por sus propiedades terapéuticas, perfectas para un momento de relajación.

Cómo llegar a Hualfín
Llegar a Hualfín desde San Fernando del Valle de Catamarca es un recorrido pintoresco. Deberás tomar la Ruta Nacional 38 hacia Chumbicha, luego la Ruta Nacional 60, pasando por la cuesta de La Cébila, Mazán y Aimogasta.
Desde allí, conecta con la Ruta Nacional 40 en dirección norte, pasando por Londres y Belén, hasta llegar a este encantador destino a solo 63 km de distancia.
Punta de Balasto el poblado prehispánico a una hora de distancia de Hualfín
Punta de Balasto constituye una importante instalación incaica en el fondo del valle, ocupando unas 10 hectáreas desde el río Santa María hasta la Ruta 40 y se encuentra a tan solo una hora de distancia (en auto) de Hualfín.
El nombre de la localidad proviene de la tribu de los “Balastos”, que habitaba este lugar.
Antiguamente esta localidad fue el primer asentamiento estable de los españoles en la zona. Antes de llamarse Punta de Balasto se lo conoció como “Minas de San Carlos de Austria”; en honor al rey de España de aquel tiempo, Carlos de Austria, y Minas porque se establecieron para explotar unas minas de oro y cobre que descubrieron en la zona.
Foto de portada: Carolina Cabrera / Casa de Catamarca
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