Cuando se trata de dar un incentivo a los choferes para que dejen de usar sus autos, Vancouver clasifica como la urbe con las mejores credenciales en Norteamérica. En la ciudad canadiense, un 10% de los viajes diarios al trabajo se realizan en bicicleta, sobrepasando, en mucho, indicadores de ciudades de Estados Unidos y Canadá con un tamaño semejante.
Pero la grata noticia es que, a partir de 2015, la mitad de todos los viajes dentro de los confines de la ciudad se dan a pie, en bicicleta o en transporte público. La ciudad esperaba alcanzar esta meta en 2020, pero la logró cinco años antes de lo pronosticado y muchísimo antes que sus homólogas en el continente.
Vancouver, por cierto, es la única gran ciudad en Norteamérica que no es recorrida por una autopista. Luego tuvo lugar, en su abierto paseo marítimo, la muy exitosa Exposición Universal de 1986, cuyo eje temático fue el futuro del transporte y sentó las bases para el debut del elevado SkyTrain, un sistema de tren ligero automatizado que, a ratos, baja en picada.
El giro estratégico de la ciudad fue en 2008 para estimular la práctica de la bicicleta, no solo como pura recreación, sino como una vía diaria de movilidad. Todo un laberinto de nuevos y seguros carriles para bicicletas que han dado un espaldarazo innegable a la infraestructura del transporte público de Vancouver, más allá del corazón mismo del centro de la ciudad: ‘un 24% de nuestra red para bicicletas está considerada como apta para todas las edades y capacidades’, afirmó Dale Bracewell, director de planificación de transporte en la urbe.
FUENTE: Ecoticias