Recientemente se dio a conocer que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está en pleno proceso de mudanza de sus actividades hacia Parque Patricios.
Lo noticioso no fue solo el cambio de domicilio sino también el hecho de que la futura sede buscará ser un símbolo del cuidado ambiental de la ciudad.
Bajo la mirada del prestigioso arquitecto Norman Foster, el edificio de 38 mil metros cuadrados ubicado en el Distrito Tecnológico se distingue por la búsqueda de responder a los parámetros de la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design o Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), un sistema internacional que reconoce la eficiencia en construcciones nuevas y también las modificaciones realizadas en edificios existentes para alcanzar objetivos de eficiencia.
Para el nuevo edificio gubernamental, el foco estuvo puesto en maximizar el aprovechamiento de la luz natural por sobre la luz artificial, una característica de las oficinas porteñas a cualquier hora del día.
“Se buscó crear un edificio que responda a su ubicación y microclima, abierto internamente y que ofrezca un ambiente aireado y luminoso, con su equilibrio entre la luz natural y la exposición solar“, explicó el ministro de Desarrollo Urbano del gobierno porteño Daniel Chaín.