Las plantas tienen memoria y esto es lo que recuerdan

La comunidad científica coincide en que, si bien las plantas no poseen conciencia, sí tienen diversos tipos de memoria que desempeñan un papel vital en su supervivencia. Conocer estos mecanismos se vuelve esencial para garantizar la salud y el bienestar tanto de las plantas como de aquellos que las cuidan.

Si bien a simple vista las plantas parecen requerir poco más que luz y agua para prosperar en hogares y jardines, la clave está en ir más allá de la superficie verde y entender sus procesos internos.

¿Qué tipo de memoria poseen las plantas?

Las plantas tienen la capacidad de almacenar datos y recuperar información en momentos cruciales. El reloj interno de estas, basado en su memoria, actúa como un guardián ante cambios bruscos. Este mecanismo les permite prepararse para situaciones adversas, como sequías, cortes o manipulaciones.

Un fenómeno intrigante es el despertar de un “reloj despertador” interno que activa un proceso de adaptación cuando las plantas enfrentan situaciones estresantes. Las plantas que madrugan son las que más crecen, y cualquier alteración en este ciclo desencadena una respuesta de su memoria para contrarrestar el cambio.

Las plantas, al enfrentarse a situaciones estresantes, desarrollan una “memoria del estrés” que les permite responder eficazmente en el futuro. Un estudio revela que, cuando sufren sequías prolongadas, activan un proceso para sintetizar hormonas que reducen sus necesidades de agua.

Este proceso puede pasar desapercibido para los cuidadores, quienes continúan regando las plantas de manera convencional, sin ser conscientes de que han desarrollado una resistencia a la escasez de agua.

Es crucial comprender que las plantas no son inmunes a cambios bruscos de estado. Su memoria del estrés puede llevarlas a requerir menos agua, pero el desconocimiento de este proceso por parte de los cuidadores puede resultar perjudicial.

Conocer y respetar la memoria de las plantas se convierte así en una herramienta esencial para cultivar un equilibrio armónico entre estos seres vivos y quienes velan por su bienestar.

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