En la isla de Trinidad, un proyecto liderado por Wa Samaki Ecosystems está redefiniendo el enfoque de la construcción de casas sostenibles mediante el uso de materiales reciclados y naturales como arcilla, pasto, plástico y vidrio. Estas técnicas buscan no solo reducir el impacto ambiental, sino también crear estructuras más resilientes frente al cambio climático.
Erle Rahaman-Noronha, fundador de Wa Samaki, inició su proyecto en 1997 con el objetivo de rehabilitar una antigua plantación monocultiva en Freeport. Su esfuerzo transformó las 12 hectáreas en un espacio biodiverso que combina agricultura regenerativa y construcciones ecológicas. En su granja, las edificaciones destacan por emplear materiales locales: arcilla extraída del suelo cercano, madera de árboles del área, botellas de vidrio reutilizadas y neumáticos reciclados que proporcionan soporte estructural.
Este enfoque rescata métodos ancestrales de construcción, como la tapia, que combina arcilla, agua y pasto. Esto se debe a que estas técnicas permiten aprovechar los recursos disponibles y fomentar la integración con el entorno. Según Rahaman-Noronha, el objetivo no es solo construir, sino educar a la comunidad sobre cómo vivir en equilibrio con la naturaleza.
Por otra parte, la construcción moderna en Trinidad está dominada por el hormigón, considerado símbolo de progreso desde mediados del siglo XX. Sin embargo, esta tendencia no tiene en cuenta las adaptaciones climáticas que caracterizaban a las viviendas tradicionales caribeñas, como las estructuras elevadas para evitar inundaciones, techos de paja y diseños que favorecían la ventilación natural.
Casas sostenibles: un giro hacia la construcción sostenible
Para lograr una construcción sostenible, Celine Ramjit, ecoarquitecta de Wa Samaki, combina creatividad y funcionalidad en sus diseños. Las paredes texturizadas de arcilla, reforzadas con pasto seco, no solo son estéticamente únicas, sino que también mantienen temperaturas frescas gracias a la porosidad del material. Este enfoque, inspirado en las tradiciones locales y adaptado a las necesidades actuales, ofrece soluciones sostenibles para enfrentar el calor extremo y los fenómenos climáticos.
En Wa Samaki, la sostenibilidad también incluye la reutilización de materiales desechados. Neumáticos, botellas de plástico y carteles publicitarios encuentran una nueva vida como parte de estructuras artísticas y funcionales. Además, el equipo utiliza plantas como el vetiver para estabilizar el suelo y reforzar las construcciones de arcilla, demostrando que los recursos disponibles en el entorno pueden ser aprovechados de manera creativa.
Reutilización de desechos y colaboración con el entorno
La filosofía del proyecto aboga por observar, colaborar y respetar el medio ambiente. Según Rahaman-Noronha, “la clave está en trabajar con la naturaleza, no imponerle nuestras ideas”. Este enfoque no solo busca transformar la manera de construir, sino también cambiar la percepción cultural sobre cómo interactuar con la tierra, ofreciendo un modelo replicable para un desarrollo más equilibrado y sostenible.
En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, iniciativas como Wa Samaki muestran cómo las lecciones del pasado y los avances modernos pueden unirse para crear un futuro más armónico con el planeta.
Los beneficios de las casas sostenibles
Las construcciones sostenibles tienen muchos beneficios, entre ellos:
- Reducen el impacto ambiental: las construcciones sostenibles minimizan la contaminación y la huella ecológica.
- Mejoran la salud y el bienestar: estas construcciones utilizan materiales no tóxicos y mejoran la calidad del aire.
- Ahorran energía: utilizan fuentes de energía renovables, como paneles solares, y son más eficientes en el uso de energía.
- Reducen los costos operativos: requieren menos mantenimiento y tienen menores gastos de operación.
- Aumentan el valor de las propiedades: las construcciones sostenibles son más atractivas para compradores e inversores.
- Promueven la innovación: estas construcciones estimulan el uso de nuevas tecnologías y métodos constructivos.
- Contribuyen a comunidades más resilientes: las construcciones sostenibles contribuyen a un entorno más saludable y equitativo.
- Mejoran la productividad: las construcciones están en contacto con elementos naturales que reducen el estrés laboral.
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