Un equipo de más de treinta paleontólogos y decenas de ayudantes no paran de excavar y de sacar piezas óseas enterradas hasta una profundidad de tres metros.
Se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, que se utilizaron como trampas destinadas a estos mamuts.
Este edificio, el primero que se encuentra de este tipo en 40 años, además de ser el más viejo encontrado en el lugar también es uno de los más grandes.
El hallazgo, en México, se dio en el área que ocupará esta base aérea y se dio gracias al trabajo del equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El reciente hallazgo de sangre y tejidos musculares de mamut lanudo bajo el hielo de Sibera el pasado mes de mayo ha reavivado el interés de la comunidad científica por clonar el animal que desapareció de la faz de...