En el árido Níger, al sur del Sahara, los agricultores que dejaron que los árboles talados volvieran a crecer en sus campos, han visto aumentar los rendimientos de los cultivos.
El río Paraná comenzó un proceso creciente que casi cuadriplicó su caudal en menos de un mes y luego de dos años volvió a superar los dos metros de altura.
Las alteraciones en los ecosistemas traen consecuencias devastadoras. Los expertos anunciaron que una superficie del tamaño de América del Sur se secará para 2050.