Desde 2000 las leyes federales prohíben la captura de tiburones para cortarles las aletas y desechar el resto. El valor de la carga supera los US$700 mil.
Se aprobaron proyectos para hacer que las aletas de tiburón y la bilis de oso sean más difíciles de obtener en los mercados extranjeros. Pero hay quienes los resisten.