Xander es el nombre de este carlino de Oregon, Estados Unidos, que trabaja como voluntario para dos organizaciones volcadas en la recuperación de niños y mujeres que han sido víctimas de la violencia y el abuso sexual.
Xander perdió la vista siendo cachorro -tenía 10 meses-, tras un accidente que le provocó un serio trauma craneoencefálico. Los veterinarios tuvieron que extirparle los globos oculares durante una cirugía. Y después de la misma, sufrió el abandono de sus dueños.
Sin embargo, en enero de 2013, la familia Beedy lo encontró en un refugio animal y se enamoraron de él. ‘Al instante supimos que tenía un don natural para reconfortar a la gente. A pesar de su ceguera, Xander lleva una vida feliz y normal’, asegura el matrimonio al Herald News.
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