Argentina deberá comenzar a certificar los alimentos que exporta a Europa como “libres de deforestación”

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Algún día iba a suceder y las discusiones de la cumbre climática de Glasgow al parecer han acelerado este proceso. La Unión Europea comenzará a exigir un “certificado de libre de deforestación” a una serie de productos agropecuarios que importe desde terceros países, incluida por supuesto la Argentina.

En la lista dada a conocer por la Comisión Europea aparecen tres rubros más complicados para los exportadores locales: el ganado (se sobreentiende que abarca la carne bovina, la aviar, la porcina y de otras especies), y la soja (y sus derivados, claro) exportador por la Argentina a Europa.

También se mencionan otros rubros donde el país no participa, como el aceite de palma (proviene de Asia) o el cacao y el café (que se produce en Brasil y otras naciones latinoamericanas). La madera es también un sector sensible, aunque no hay muchos negocios en ese rubro realizados con Europa.

Lo que sucedió es que, tras los grandes acuerdos marco alcanzados en la COP26 (entre ellos uno de compromisos para dejar de deforestar a partir de 2030, suscripto también por la Argentina), la Comisión Europea adoptó tres nuevas iniciativas dentro del llamado Pacto Verde Europeo, que podrían complicar la vida de muchos productores y empresas argentinas

“La deforestación y la degradación de los bosques se están produciendo a un ritmo alarmante, lo que agrava el clima cambio y pérdida de biodiversidad. El principal impulsor de la deforestación y la degradación forestal es la expansión de la tierra agrícola para producir productos básicos”, explicó la CE en una de sus propuestas regulatorias dadas a conocer el día de la fecha.

En esta contexto, la UE se asume como “un importante consumidor de productos básicos asociados con la deforestación y los bosques”, y hace un mea culpa porque “carece de reglas específicas y efectivas para reducir su contribución a estos fenómenos”.

Por eso tomará la decisión de detener sus importaciones de esos alimentos en los casos en que las empresas que los produzcan no puedan “probar que no se hayan producido en tierras deforestadas o degradadas”. La fecha de corte para comenzar con este proceso de certificación sería el 31 de diciembre de 2020.

“La iniciativa tiene como objetivo minimizar consumo de productos provenientes de cadenas de suministro asociadas con la deforestación o degradación forestal y aumentar la demanda y el comercio de la UE de productos legales y ‘libres de deforestación’”, se explicó en un comunicado oficial de la CE.

Para tomar esta definición, argumentan las autoridades europeas que entre 1990 y 2020 el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosques, un área más grande que la propia Unión Europea.

“Las nuevas normas propuestas garantizarían que los productos que los ciudadanos de la UE compran, utilizan y consumen en el mercado de la UE no contribuyan a la deforestación global y la degradación forestal”, define el ejecutivo comunitario, que no tiene duda de culpar al proceso de desmonte a “la expansión agrícola vinculada a los commodities soja, carne vacuna, aceite de palma, madera, cacao y café, y algunos de sus productos derivados”.

La Argentina es un importante exportador de harina de soja hacia los países del a comunidad europea, con ventas por más de 1.600 millones de dólares en 2020. Pero además embarca grandes cantidades de maní (561 millones de dólares) y de productos cárnicos (369 millones de dólares). Otros rubros que podrían verse afectado son los frutícolas, el maíz y el girasol, Y las legumbres del NOA.

El nuevo Reglamento propuesto por la CE establecería reglas obligatorias para todas las empresas que desean colocar estos productos básicos en el mercado de la UE.

“La Comisión utilizará un sistema de evaluación comparativa para calificar a los países y su nivel de riesgo de deforestación y degradación forestal debido a las materias primas incluidas en el ámbito de aplicación del reglamento”, se indicó.

Por otro lado, la CE lanzó un nuevo Reglamento revisado sobre traslados de residuos, tendiente a imponer la llamada economía circular y reducir la combinación que surge de los desechos. La iniciativa promueve normas más estrictas sobre la exportación de residuos, un sistema más eficiente para la circulación de residuos y una acción decidida contra el tráfico de residuos.

“Las exportaciones de residuos a países no pertenecientes a la OCDE estarán restringidas y solo se permitirán si los terceros países están dispuestos a recibir determinados residuos y pueden gestionarlos de forma sostenible”, avisó el bloque.

Por último, la Comisión también presentó una nueva estrategia de suelo de la UE . Explicó al respecto que “los suelos saludables son la base del 95% de los alimentos que comemos, albergan más del 25% de la biodiversidad del mundo y son la reserva de carbono terrestre más grande del planeta. Sin embargo, el 70% de los suelos de la UE no están en buenas condiciones”.

“La estrategia establece un marco con medidas concretas para la protección, restauración y uso sostenible de los suelos y propone un conjunto de medidas voluntarias y jurídicamente vinculantes. Esta estrategia tiene como objetivo aumentar el carbono del suelo en las tierras agrícolas, combatir la desertificación, restaurar la tierra y el suelo degradados y garantizar que para 2050, todos los ecosistemas del suelo estén en condiciones saludables”.

Todo esto se hará a través de una propuesta para contra en 2023 con una nueva Ley de Salud del Suelo, luego de una evaluación de impacto y una amplia consulta de las partes interesadas y los Estados Miembros.

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